Y bien,

ahora comprendo que nunca 

entendí nada,
tan lista, pensaba,
que dejándote la puerta abierta
siempre encontrarías el camino
de regreso al hogar,
pensé que dejarte libre
era el camino para lograr el respeto 
y tu compás en nuestro caminar;
no quise -no pude- ver que 

el respeto a la libertad

ajena, 

es un precio demasiado alto
que no estabas dispuesto a pagar,

no al menos ,

sacrificando la tuya 

por nadie a quien amar.

Que el amor no es sacrificio,
lo sé.. 

¿es solamente amor?

Perdóname, sí.

me equivoqué.
nunca pude acompañarte en tu vuelo,
pero ni siquiera sabías cómo yo quería volar,

-quisiera haber podido-...

¿te importó? 
sólo pretendiste que fuera el nido 
de refugio tras la tormenta,
el abrazo incondicional,
la observadora serena,
inconsciente,
que sentía que estaba solo de paso,
por este lugar de regocijo,

entre tus sábanas.

lo que más lamento de todo
es no dejar de sentirme 
una circunstancia más en tu vida,
la anécdota 
del amor inalcanzable,
cegado, ciego, 
maldito ego,
que te maneja y no te permite,
tú, tan libre,
amar a nadie más que 

a tu serenidad,

mezquina y miserable.

                                                        *ilustración por Paula Bonet

" -¿Porque me quieres tanto? Hay mas mujeres en el mundo. -
He estado con otras. Tu eres la primera persona que ha llegado a importarme mas de lo que me importo yo mismo, así de simple." 
La vida interior de Martin Frost- Paul Auster